sábado, 26 de junio de 2010

EL CIELO ES AZUL Y NARANJADO (Dos)

--El cielo se alcanza cuando falta nada y un cuarto para 50--


Andy estaba convertido en un gran escritor de teatro, bajo un seudónimo con el cual no podían reconocerlo.

Durante el día se dedicaba a sus labores ordinarias como editor de una revista y, ocasionalmente, era actor de un entretenido show televisivo de baja rotación.

Algunos afirmaban que quien viera su imagen a través de las pantallas se enamoraba de él, otros decían que se enamoraba de él quien descubriera sus pensamientos más íntimos.

Él se preguntaba que pasaría el día en que alguien conociera esos pensamientos a través de una pantalla de televisión, ¿¿sería la manera más efectiva de conquistar a la mujer que quería?? Podría hacerlo fácilmente: se sienta frente a una cámara, destapa su corazón y le muestra la grabación; sin embargo no se decidía a desarrollarlo, pues a pesar de que se deleitaba con los anteriores comentarios, porque sabía que eran halagos, no quería que esos fueran los únicos atributos que recordaran de él; así que su vida proseguía, esperando a que fuera el tiempo o, tal vez, el destino quien se encargara de acercarlo al amor sincero.

Desde de los 10 años, cuando motivado por una de sus maestras comenzó a escribir formalmente, había acumulado 49 obras, se decía que le faltaba nada y un cuarto para completar las 50; nada porque tenía muy claro lo que debía hacer para terminarla: un cuarto en el que pudiera rematarla tranquilamente.

Cierto día caminaba sonriente y despreocupadamente por las calles de su ciudad, cuando una nueva tienda de dulces llamó su atención “orange” leyó en un luminoso letrero a su entrada, ingresó más por curiosidad que por deseos de consumir; acto seguido fue abordado por un hombre de baja estatura, empleado de la tienda, que le solicitó por favor alcanzar un artículo de gran tamaño que estaba intentado pasarle una de sus compañeras desde el segundo piso del almacén; cuando Andy recibió el aparatoso elemento descubrió la cara de la mujer que se lo había entregado y al mirar sus ojos sintió que había alcanzado el cielo...tan azul y naranjado como de niño lo había soñado.