domingo, 14 de febrero de 2010

EL PROBLEMA ESTÁ EN LA HINCHADA

"El que lo entendió lo entendió"

Durante más de una década se había sentido orgulloso de su pierna izquierda. Alardeaba estar por encima de cualquier otra, tanto en tamaño como en cualidades. Nunca le fallaba, por más que el resto de su cuerpo se viera debilitadado ésta le daba la determinación para continuar y soñar con un mejor porvenir.

Al menos así parecía, así decía el vivirlo.

La labor de Ignacio es jugar fútbol y la de su pierna, demostrar que las malformaciones pueden superarse, que no necesariamente son impedimentos. Sí, hay un defecto físico en su pierna izquierda: es un poco más gruesa que la otra y un tanto más en proporción con todo su cuerpo.

Desde hace unos meses a Ignacio las cosas no le salen bien. Por un lado, en su cabeza parece haber confusión al tener que cargar con todo lo que, como persona, representa para el fútbol y para la sociedad; por otro lado, ante tanta presión su cuerpo no responde como él quisiera sino que demuestra grandes síntomas de enfermedad; y por último, su pierna izquierda, la que debería ser su mayor fortaleza, se ha dedicado a ir en contravía de sus decisiones. Como cuando él la interpuso entre un delantero del equipo rival y el arquero del suyo para evitar que el balón impactara la red, y su pierna le dió al balón un efecto tal que pareció que su intención era anotar en la propia portería. Justo como sucedió.

A pesar de esto, Ignacio seguía consintiendo a "La Hinchada", como se refería con cariño a su pierna izquierda haciendo alusión a su dimensión. Frecuentemente adquiere nuevos accesorios para adornarla, ante cualquier síntoma de molestia se toma el tiempo necesario para relajarla; está siempre pendiente de atender sus requerimientos y darle el trato especial que se merece.

Durante los días de crisis, un deportólogo, que aunque no tenía ningún tipo de contacto cercano con Ignacio conocía muy bien su situación y por eso se sentía en capacidad de hacer un diagnóstico, decidió realizarlo para si mismo, pues no se atrevía a lanzarlo a los cuatro vientos, y en medio de sus reflexiones murmuró "El problema está en la hinchada".