miércoles, 24 de diciembre de 2008

La chica con el lunar de la mano

Una noche cualquiera te encontrás contemplándola.

Analizás sus comportamientos y actitudes: son iguales a las tuyas; entonces sonreís.
Recordás sus sabores favoritos: iguales a los tuyos; sentís alegría.
Descubrís sus colores favoritos, paradójicamente iguales a los tuyos; felizmente te sorprendés.

Tantas coincidencias te hacen pensar que para vos podría ser fácil enamorarte de ella.
- “...Tal vez esas casualidades se deben a que es mi media naranja y no existe otra explicación...” - pensás.

En ese momento recordás la frase que escuchaste aquella noche cuando definían tu vida: “ La mujer que tenga en la mano un lunar como el tuyo es tu alma gemela”.

Inmediatamente la mirás y te encontrás con el lunar de su mano izquierda.
Que no es uno como el tuyo, no es una diferencia en la pigmentación de su piel.


El lunar de su mano es un hombre.



Seguís sumido en tus reflexiones y te das cuenta de que él siempre ha estado ahí, siendo un lunar sobre su mano, una mancha que el cuerpo tal vez no quiere del todo pero con la que se acostumbró a convivir.
Un lunar que te impide soñar; la razón por la que siempre has sabido que de ella no te podés enamorar.



Es por eso que ahora lo único que deseás con todas tus fuerzas es que algún día ese hombre la deje y que antes de partir él sufra de un ataque de ira tan grande que haga que le estripe una cucaracha en su mano izquierda.

Así como una vez dijiste que lo habían hecho con vos.

martes, 9 de diciembre de 2008

Ayer tu amor, Hoy el mundo

Hoy me inspira aquella frase
que un gran poeta un día escribió
“hoy tu amor y mañana el mundo”
fue lo que dijo Dee Dee Ramone

Como tu amor ayer gané
ahora vivo con lo segundo
Desde aquel beso que vos me diste
yo solo siento que es mío el mundo

No hace falta que se repita
siempre sonrío porque sucedió
En mi mente están los recuerdos
lo que dijiste no se borró

Y aunque juguemos a no querernos
aún conservo lo que nos unió
Sé que es eterno tu gran deseo
y que el secreto lo tengo yo

Por eso tomo aquella frase
que un gran poeta un día escribió
“hoy tu amor y mañana el mundo”
fue lo que dijo Dee Dee Ramone

Como tu amor ayer gané
ahora vivo con lo segundo
Desde aquel beso que vos me diste
yo solo siento que es mío el mundo

lunes, 1 de diciembre de 2008

Una chica especial, simplemente

A mi Verde Flor del Campo,
Para que nunca olvide las cosas simples que alegran el corazón

En un rincón, en el más apartado y oscuro de la salida de la estación permanece una chica. Nadie se le acerca, porque ella no lo permite, nadie le habla porque ella nunca responde. Solo la observan. Ahí, sentada, viendo siempre al frente y mirando a ningún lado, sin ningún tipo de expresión en la cara, ni de felicidad, ni de tristeza, ni de nada; es como si todo dentro de ella fuera un vacío.

Tiene sus ojos fijos en un objeto inexistente, su mentón apoyado en la mano izquierda, cuyo brazo se apoya en sus piernas, que yacen cruzadas sobre el frío baldosín de las escaleras. Y en su mano derecha sostiene un lapicero, con el que golpea el suelo intermitentemente, como quien fuera el segundero más exacto del reloj más exacto de la relojería que tiene fama de ser la más exacta del planeta. Y es así como pasa los días, contando de manera inconsciente las horas, esperando por aquello que sólo su mente y corazón saben qué es.

Nadie sabe de ella, aunque unos pocos la vieron bajar del tren ninguno de ellos es capaz de decir en que estación lo abordó, cosa que no resulta extraña debido a que en la rutina de los viajes por ferrocarril es usual que cada persona esté concentrada únicamente en su mundo, mirando maravillado por la ventana al admirar el paisaje que lo rodea, asombrándose con la inesperada situación que encontró en uno de los capítulos del libro que escogió para que le amenizara el recorrido, ó llenándose de emoción porque la canción que escogió su reproductor de música en el modo aleatorio es una que le trae un sinnúmero de recuerdos y le despierta infinidad de sensaciones.

Todos sienten lástima por ella, critican lo desperdiciada de su vida, se preguntan quién es y por qué esta ahí…a quién espera. Cada habitante del lugar crea su propia historia sobre ella y sobre el sentido de su vida; así surgen mil teorías que solo convergen en un punto: Afirmar que la vida de esa chica es triste y especial.

Paradójicamente, antes de llegar allá, antes de tomar el tren, en su lugar de origen, ella no era nada especial, era una persona simple, como todas las personas simples del planeta; era una más de esas que caminan por las calles sin admirar las maravillaS de la arquitectura o de la naturaleza, o de cualquier otra cosa simple que las personas no simples admiran fascinadas y contemplan con una sonrisa, con una gran alegría, como si fuera el fenómeno mágico más fenomenal y mágico del universo.

Pero ella, a pesar de su simpleza valoraba la vida, y más que valorarla la disfrutaba, porque tenía una capacidad que las personas poco simples no siempre tienen la fortuna de ostentar. Esa capacidad se puede decir que se la debía a la naturaleza, y era eso tan abstracto y tan simple lo que le daba sentido a su vida.

Lo que le permitía salir de la simpleza del mundo era su capacidad de escribir, sí, algo totalmente usual que cualquier otra persona, simple o no simple, podría hacer. Pero en ella la manera de escribir era especial, era sorprendente. Aunque tal vez ni era especial, tal vez lo que pasaba es que era tan simple, tan como ella, que por eso sorprendía, por la alta carga de simpleza que contenía.

Sin embargo con esa simple manera de escribir, con su simple manera de vivir, con lo simple de su filosofía, ella lograba recrear un mundo poco simple, un mundo en el que siempre había alegría, un mundo del que todos querían hacer parte; porque ella lograba que en se mundo no hubiera tristeza, ella con su simpleza lograba eliminar las penas, convertirlas en letras, en poesía, en canciones y, así, en sonrisas, en abrazos, en momentos y personas valiosos y que alegran el corazón.

Sí, ella solía vivir feliz con su simpleza...